A medida que pasa el tiempo al llegar a la etapa de adulto, las personas dan vueltas su mirada y recorren el pasado, haciendo recuerdos.
Esta visión de lo vivido puede constituir una fuente inagotable de desarrollo de la expresión creativa.
Podemos escribir acerca de nuestra infancia, reencontrarnos con amigos y familiares a través de cartas imaginarias, iniciar nuestras memorias, dejarles a nuestros nietos e hijos algún testimonio.
La idea es escribir sin mayores pretensiones, compartiendo con otros, ampliando nuestro mundo y enriqueciéndolo con la lectura de algunas obras literarias.
Escuchar, hablar, leer y escribir es un disfrutar constante.
Leer y escuchar cuentos es una actividad que desarrolla numerosos objetivos; capacidad de comprender auditivamente en sus diversas formas, conocimiento de los relatos del mundo y de la tierra en que nacimos; gusto por la literatura, expresión oral y escrita, pensamiento y lo afectivo social. entre muchos otros.
La narración de cuentos una actividad que se puede hacer cuando tenemos deseos de expresar y comunicarnos con los demás.
Pueden ser cuentos folclóricos, mitos, leyendas, fantasía, un sin fín de tipologías.
Podemos poner colores , formas y olores, nos transportamos en un mundo mágico.
Hasta nos podemos disfrazar, y tocar instrumentos.
La creatividad de cada uno es importante, lúdico y encantador, es el complemento.
Recomendar esta práctica, es muy positiva, tanto para la persona que lo hace, y los que escuchan
Escribir lo que soñamos o deseamos, es una fantástica terapia.
Por eso, sigo contando cuentos , me siento plena, doy besos de colores por doquier.
A todos los reuno, en la maravillosa senda del arco iris.
Con todo cariño para uds.
Mónica Díaz Montoya
Gestora Cultural
Trabajo Social